11.22.2007

Tsumi la geisha, Capitulo 3


Tokyo, 1197

Un dia del otoño, con lluvia suave que mojaba las calles, las casas de madera se extendian a lo lejos y pequeñas columnas de humo se elevaban al cielo desde los tejados de las casas, poca gente por la calles, estaba todo el mundo ocupado y Tsumi era feliz, a pesar de que le habia sido muy duro abandonar la corte del shogun, y de empezar una nueva vida diferente, ahora, se sentía feliz, se habia casado, y estaba en su ultimo mes de embarazo, le gustaba la calma que podia sentir, le gustaba sentise simplemente mujer, vestida con ropas neutras, sin el maquillaje que durante tantos años habia utilizado, acariciando su vientre, durante horas y cantandole a quien crecia en su utero..

Realmente su vida habia dado un vuelco total, no se sentia arrepentida, aunque era cierto que su vida en palacio la habia hecho sentir cosas increibles en su interior, ahora ya no era una geisha, sino simplemente una mujer, y eso la habia liberado, aunque cada semana, cuando Hakura, su marido tomaba su dia de descanso le preparaba el te siguiendo el rito de las geishas, y el se sentia orgulloso de eso.

Se daba cuenta que las cosas que habia adorado durante años, ahora le parecian intranscendentes incluso disolutas, su mente era diferente, y a pesar de no arrepentirse de lo pasado, y de incluso extrañarlo en alguna ocasion, no lo cambiaria por nada.

Tsumi se movia por la pequeña casa con algo de pesadez, su estado era avanzado, pero su rostro denostaba que estaba bien, a gusto, su felicidad era completa, y le gustaba recordar cada instante, se sorprendia a si misma recordando momentos junto a Hakura, una sonrisa iluminó su cara y cerrando los ojos y suspirando recordó..

habian pasado varios meses de su nueva vida, la convivencia era estupenda, y se llevaban muy bien, Hakura es un hombre callado, detallista, que expresa amor con sus miradas y silencios, no es muy hablador, pero ella se siente cuidada, el trabaja en el campo, cuidando los arrozales, y tambien de pescador en el mar, por lo que se pasa largas horas al dia sola, en la casa, cocinar no le ocupa mucho tiempo, como tampoco le ocupa tiempo limpiar, y tiene muchas horas para descansar, le gusta escribir, y lentamente con su cuidada caligrafia empezó a escribir su historia, como entretenimiento, pero disfrutaba recreando cada detalle de ella.
Y hoy, estaba escribiendo sobre el dia. Asi llamaba al dia en que tuvo la certeza de que estaba embarazada...

Hakura habia llegado tarde, olia a pescado, habia estado pescando todo el dia, y por la tarde, habian estado limpiandolo, pero al llegar a casa Tsumi le tenia preparado un baño caliente y con un jabon que ella misma preparaba con olor a flores de cereza.
Ambos se introdujeron en el baño, ella a su espalda, le acariciaba y enjabonaba con extrema dulzura y lentitud, recorriendo desde el cuello hasta sus nalgas, y los muslos y sus brazos una y otra vez, para despues derramar agua caliente sobre su cuerpo y retirarle el jabon.
A cointinuacion, se levanto y se coloco frente a el, arrodillandose dentro de la bañera amplia, paso a enjabonarle el pecho mientras sabia que el estaba mirando ansioso sus bellos y delicados pechos, con los pezones pequeitos y erectos, apuntandole a el, pero ella seguia su tarea, bajando desde el pecho hasta el vientre y llegando a su miembro que obviamente, estaba erecto por el deseo y elplacer que ella le estaba generando.

al llegar a su miembro, lo tomo en sus manos, acariciandolo y enjabonandolo con cuidado, notando como palpitaba entre sus dedos, le acaricio los testiculos y la zona del perineo, haciendo que el se reclinara hacia atras, jugueteo con sus deditos en su ano, limpiandolo y enjabonandolo tambien, pero sin soltar su polla, que cada vez estaba mas dura y palpitante..

Su mano subia y bajaba con extrema delicadeza, pero de vez en cuando la apretaba desde la base, subiendo, y entonces el se arqueaba sin decir palabra y gemia muy bajito..a ella la excitaba ese momento, sentia su coñito humedo, que mantenia siempre depilado cosa que a Hakura le encantaba, y soltando en ese instante su polla...se incorporó para ayudar a su marido a levantarse, una vez en pie, acabó de aclarar todo el jabon con agua, y salió de la bañera para coger unos trozos de ropa seca y caliente, Hakura la siguio como siempre en silencio, y una vez fuera, sobre una piel de oveja en el suelo, ella se entretuvo en secarlo completamente desde arriba hasta abajo, para arrodillarse entonces y tomar la polla de su marido, entre sus manos y secarla con infinito cuidado, acabo de secarle las piernas y pies, y entonces volvio a tomar aquel pene duro para acariciarlo y lamerlo, besandolo lentamente, sabia que eso le provocaba un inmenso placer, y lo alargaba hasta que ya ella misma no podia esperar para sentirlo en su boca, sorbiendolo, succionandolo y acariciando con sus manos al mismo tiempo su polla y su ano..lo volvia loco de placer y ella se sentia inundada de deseo en sus entrañas...

Finalmente, se levantó, tomandolo de la polla, la hizo seguirla hasta la habitacion tumbandose sobre un pequeño tatami grueso, vió como el se acercaba a ella, milimetro a milimetro con todo el tiempo del mundo, y la besaba y acariciaba sus pechosy pezones.. y notaba la polla adentrandose en su vagina, resbalando y llenandola de sensaciones placenteras.

Ella cruzó sus piernas sobre la cintura de el apresandolo para que no se escapara, y movia su vagina apretando la polla que se clavaba en su interior, mientras iniciaba unos movimientos en circulitos que les llevaba al extasis, mientras el empujaba con fuerza, ella notaba sus testiculos chocando contra sus labios concada empujon, y eso la excitaba aun mas..y cuando sus movimientos pasaron a ser ya incontrolables, los gemidos de ambos inundaban la estancia apenas iluminada por la luz de un par de velas, se acercaba el instante supremo, ella notaba como sus palpitaciones se fundian con las de su hombre, como la polla parecia crecer dentro de su prision, y los gritos ya eran sonoros y fuertes, cuando los chorros de semen al llegar el orgasmo de Hakura la calentaron y llenaron su vagina de una mezcla de fluidos uqe la hicieron gritar con tanta fuerza que ella misma se sorprendió, clavaba sus dedos en los brazo sd esu marido que se agitaba en los ultimos espasmos, y caia sobre ella derrengado para besarla una vez mas, sin que ella aflojara su presa..para ella no habia sido un orgasmo habitual, habia sentido una explosion sin igual en su cererbro, en su corazon, su vagina quemaba por el semen caliente recibido y podia sentir como una reaccion en cadena en sus entrañas..sonriendo tras unos minutos de caricias y besos, miro a Hakura...hoy no solo me has hecho tuya, le dijo, hoy me has convertido en la madre de tu hijo..y se durmieron tal cual..

Al abrir los ojos, Tsumi sonreia, la felicidad era inmensa, porque si, aquel dia habia quedado embarazada, y el fruto de aquel momento se habia ido desarrollando en su interior.

Ahora empezaba una nueva vida, una nueva etapa, la de ser madre, la de que alguien seguiria su linaje, el de ambos..y no le importaba la pobreza, ni siquiera la modestia de su hogar, porque ella tenia lo que queria, el amor de su marido y su proximo hijo

11.21.2007

Tsumi, la geisha Capitulo 2


Tokyo, 1195

Tsumi miraba el paisaje de la ciudad de Odo, desde la ventana del palacio del shogun, alli, los tejados se alargaban a todo lo ancho, y se daba cuenta de como habia cambiado todo, llevaba 10 años junto a Minamoto, su señor, y habia vivido una transformacion completa, no solo ella, sino él, y el pais, y la sociedad.

En su memoria habia visto las diferentes facetas del hombre, como cabeza de estado, duro, reflexivo, injusto en ocasiones, pero tambien benevolente en otras, como hombre lo habia visto tierno, educado, detallista y amable en ocasiones, y lascivo, lujurioso y mas rudo en otras, como señor, le costaba entender su mentalidad masculina, tal vez por el hecho de su educacion como geisha, pero la necesidad de las concubinas, su propia figura, la seguian sorprendiendo aun ahora.

Estaba recordando momentos, situaciones vividas en común, y su rostro, inmaculadamente blanco, dibujó una sonrisa, entendiendo que Minamoto era un hombre dominante, a quien gustaba ejercer ese dominio sobre los que le rodeaban, incluyendo a los mas cercanos, y someterlos a sus antojos como a sus necesidades, ya fueran como hombre o como cabeza de estado.

Ejercia un dominio total, con un protocolo para cada persona que seguia a rajatable y que solamente el podia saltarse, aunque lo hacia en contadas ocasiones, pero al mismo tiempo cuidaba al maximo tanto su territorio, como a sus personas, y tambien cuidaba sus posesiones ya fueran materiales, o humanas. Aunque suene extraño, pensarlo y decirlo, Tsumi era una posesion, una mujer, una geisha, pero tambien tenia dueño, Él!!

Y por su mente desfilaron momentos diferentes, que la habian llegado a sorprender tanto, no solo la orden sino el ejecutarlo, y ahora, desde la perspectiva que da el tiempo, se daba cuenta de que la habian llegado a enriquecer de alguna manera, y que no concebiria su mundo sin esos detalles.

Cerró los ojos y recordó, aquel dia en que Minamoto la hizo llamar, para preparar el te, mientras despachaba asuntos oficiales con algunos de los señores sometidos, y recordaba su voz, sus gestos mientras les explicaba lo que esperaba de ellos, que callados y respetuosos, asentian continuamente, mientras Tsumi seguia preparando el te, y como se habian callado y disfrutado del mismo cuando lo sirvió delicadamente en cada una de las tazas de porcelana.
Y como al finalizar la reunion, quiso homenajearlos con una comida, pero lo realmente sorprendente de aquel recuerdo fue cuando la ordeno desnudarse ante aquellos hombres.
Tsumi obedeció en silencio, con cierta verguenza que se convertia en rubor que incluso se podia apreciar bajo el niveo maquillaje, y se sintió exhibida, todo su cuerpo, sus senos, su vientre, su sexo libre del pecaminoso e insultante vello que tanto ofendia su vision a los hombres, sus piernas torneadas, toda ella expuesta a las miradas, que sorprendentemente, no eran lascivas, sino de admiracion por su gran belleza.

Minamoto la ordeno tumbarse sobre el suelo frente a ellos y ella lo hizo en silencio, manteniendose quieta mientras llegaban los sirvientes con las bandejas de alimentos, expuesta tambien a las miradas de ellos, que en silencio y siguiendo las instrucciones de su shogun, colocaron las bandejas entre el y Tsumi.

Con mucha lentitud y parsimonia, Minamoto tomaba entre sus manos porciones de arroz, que colocaba frente a cada señor, pero siempre sobre el cuerpo de Tsumi, y ella sentia el calor que emanaba, asi como el roce de los dedos de ellos sobre su tersa y suave piel, cuando lo tomaban.
El proceso se repitio en varias ocasiones, con pedazos de sushi que el shogun esparcio, al igual, que trozos de carne frita y bañada en soja. Con cada uno de esos momentos Tsumi sentia el calor o el frio, o la salsa resbalando por la carne hasta llegar a su piel, y deslizarse por sus curvas en direcciones varias, incluso alguna de ellas, llego a deslizarse por su monte de venus, provocandole sensaciones muy agradables.

La comida fue transcurriendo, hasta que una vez finalizada los señores se levantaron y salieron de la estancia y Tsumi pudo incorporarse y retirarse tambien..

Ya a solas, como ahora mismo recordandolo, analizo las sensaciones vividas, y como la habian hecho sentir, verguenza, calma, excitacion, deseo, paz, respeto, muchas cosas juntas y todas diferentes, y como al llegar albaño se habia masturbado con lentitud, para relajar su cuerpo pero tambien por el deseo que habia nacido viviendo todo aquello.

Volvio a mirar por la ventana, el sol se iba levantando, Minamoto no estaba hoy en el palacio, se encontraba de viaje por la parte norte de la isla, y ella estaba libre de servicios, sonreia, le gustaban esos momentos y dias en que podia estar dedicandose a ella misma, pero hoy, sentia necesidad de recordar.

y volvio a cerrar los ojos..

Caminando por entre las estancias del cada vez mas grande palacio, en todas y cada una de ellas, habia vivido momentos intensos, por mil razones diferentes, pero todos grabados a fuego en su memoria..

Era invierno, hacia frio en el exterior, llevaba 5 años al servicio de Minamoto, y el fuego encendido en una hoguera en el centro de la estancia calentaba el ambiente glacial, Tsumi, estaba agitada, habia cometido una descortesia ante su señor y sus invitados, por su orgullo, maldito orgullo se lamentaba ahora.
Aterrada esperaba la llegada de su señor, sabia que habria un castigo por su insolencia y lo temia, y cuando estaba pensando en eso precisamente, aparecio con paso rapido y el rostro encendido por la ira.

Se detuvo ante ella, para mirarla de arriba abajo, despreciativamente, mirandola directamente a los ojos, sin musitar palabra, arranco el bellisimo kimono de seda que la cubria, dejandola desnuda en la sala casi helada, y la obligo a darse la vuelta mostrandole la espalda.

Ella solo escuchaba sonidos leves, pero no veia, y eso la aterraba aun mas, no saber que estaba pasando a su espalda.
Intuyo como el se ponia comodo, pero no sabia nada mas, hasta que de repente un chasquido sobre sus nalgas, la empujo un par de metros hacia delante mientras un intenso dolor la recorria todo su cuerpo, sorprendida y asustada temblaba, y aun no estaba repuesta del dolor cuando un nuevo chasquido la sacudio, nuevament en ambas nalgas, moviendose de nuevo y llegando hasta la pared, donde se apoyo con sus brazos para no caer al suelo...las lagrimas que escapaban de sus ojos dejaban rastro en su maquillaje y caien sobre sus pechos, pero un tercer chasquido la apreto totalmente contra la pared, el dolor leparecia insoportable, y entonces la mano de MInamoto, se adentró en su vagina, irrespetuosamente y tambien sin importarle para nada si ella sentia dolor, noto los dedos de el metiendose en su vagina, que sorprendentemente estaba humeda, y notaba la fuerza del cuerpo del hombre, apretandola mas contra la pared y sus nudos pezones erectos aplastados, curiosamente, la ruda caricia, la excitaba y le calmaba el dolor que sentia en sus nalgas..

El por un momento se aparto de ella y un shhhhhhhhhhh rompio el silencio acabando en un plash que fustigo nuevamente sus nalgas, y al instante la mano nuevamente invadia su intimidad....ella queria caer al suelo por quedarse sin fuerzas, pero l amano, l amano la devolvia a la vida, el placer que le proporcionaba era inmenso, y la tenia sorprendidisima por la violencia del gesto.


Tsumi, desperto de su ensoñacion, aquel momento habia sido tan intenso, la habia sorprendido y preocupado durante semanas, porque aquel fue el primero d emuchos, parecidos y diferentes, el habia acabado sodomizandola sin piedad, clavando su polla sin miramientos en su ano sin dilatar, pero ella soporto estoicamente aquel momento, y realmente llego a disfrutarlo tambien, pues ella tuvo un orgasmo previo a la eyaculacion de Minamoto en su interior... pero nunca habian hablado de ello.

Ella habia reflexionado mucho sobre eso..porque la mente humana es tan extraña, y volvió a recordar un dia en que, sin razon aparente, el la hizo vestirse con harapos, y la llevo de la mano hasta la plaza frente al palacio para publicamente exponerla a su pueblo, a los ciudadanos, el miraba a la muchedumbre que asombraba contemplaba aquella mujer tan hermosa y semidesnuda, y el shogun señalo a uno de lo shombres para que se acercara a ella y la examinara, el hombre enardecido se acerco y la miraba con ruda lujuria la volteo para verla por todas partes mientras ella se sentia ultrajada y molesta, pero a la vez, notaba, y de que manera, como su vagina se humedecia totalmente con esa exhibicion.
la cosa acabo con un atrevimiento por parte de aquel hombre que quiso apretar su pecho, pero la mano del shogun lo hizo detenerse y su mirada fulminante lo conmino a estirarse en el suelo suplicando perdon, y sin mediar ninguna palabra, tomando a Tsumi nuevamente volvieron a palacio.

Diez años, con el, habian dado para muchas situaciones parecidas, Tsumi habia dejado de ser una joven para convertirse en una esplendida mujer, y se habia enamorado, los crecientes compromisos de su señor en todas las partes del shogunato la habian permitido tener mas momentos para ella y ahora enamorada y correspondida, se enfrentaba a lo que toda geisha debia hacer si queria contraer matrimonio, renunciar a su danna, su señor, arriesgandose al repudio, y dejar e ser geisha para convertirse en esposa.

Se preguntaba, como lo llevaria, si seria capaz de olvidar todo lo vivido, pero eso ahora, no era lo importante, lo importante seria hacerlo..

y deslizandose silenciosa por el casi vacio palacio...desapareció tras una panoplia de verde papel sedoso..

11.19.2007

Tsumi, la geisha Capitulo 1


tokyo, 1185

Era el primer año del shogunato Takamura, el señor feudal o daymio que habia sometido al resto de señores del norte de la isla de Hondo, proclamandose Shogun o señor de todos los daymios, su ejercito d samurais, habia arrasado en cruentas y despiadadas luchas a los samurais del resto del pais, y parecia que finalmente, tras esa etapa de lucha, la paz iba a ser restablecida.

Tsumi, de 18 años de edad habia trabajado como asistenta de la esposa de uno de los señores feudales sometidos, y ahora, que hacia ya un año habia iniciado su aprendizaje como maiko, estaba ciertamente perturbada por lo que le podía suceder.

Su señora la habia llevado a una de las pocas escuelas de geishas de Odo, la que ahora era la ciudad capital, y ella en su año de aprendizaje se habia esforzado muchisimo para aprender lo que iba a ser su profesion futura, ser una geisha era su obsesion.

Para los que desconocen un poco la historia de las geishas, comentare brevemente que en esa época, las y los geishas, pues existian geishas de ambos sexos, eran personas expertas en el arte del entretenimiento, sin que ello comportara ninguna actividad sexual, y mucho menos remunerada, aunque ese concepto ha sido muchas veces confuso para los occidentales, puesto que las mujeres que se prostituian se hacian pasar muchas veces por geishas con el fin de parecer más interesantes, no solo a su clientela japonesa, sino tambien a la occidental cuando apareció por el reino del sol naciente. Poco a poco los geishas fueron desapareciendo, para que a finales de siglo XIX quedaran tan solo unos quinientos, por contra las geishas, asi denominadas se elevaban a mas de 20.000.

Tsumi, se habia esforzado en dominar el arte de la conversacion, y de la poesia, asi como a aprender el ritual del te y dominaba bastante diestramente el ikebana y varios instrumentos musicales tradicionales de su pais, asi mismo, era una mujer hermosa, que lucia incluso bajo la mascara blanca de maquillaje que cubria su rostro, solamente salpicada de un rojo intenso en los labios, y alrededor de sus ojos.

Se movia silenciosamente sobre sus sandalias, sobre el parquet de madera de la escuela de geishas, intentando mostrar al shogun, alli presente, junto con muchos de sus señores, una de las mas bellas danzas que una geisha podia interpretar.

Sus gestos, sus manos, ondulaban en el aire, y sus movimientos eran tan etereos, que era imposible apreciar sonido alguno cuando se desplazaba por el suelo de madera, con una gracia que encandilaba a cualquiera que la mirase, nada podia hacer presagiar la tormenta oscura que agitaba su alma y su mente en aquellos instantes.

Al finalizar, y apagarse la musica, Tsumi se inclino sobre el suelo para hacer la reverencia obligada y respetuosa al señor más poderoso de todo japon, pero al mismo tiempo, el miedo la sacudia y recorria por todo su cuerpo, y se aplicaba en evitar que se notara.

El Shogu, aplaudió complacido y con un gesto de la mano, ordeno que se retirara, pero al mismo tiempo la mirada hacia la regente de la escuela, fue totalmente reveladora. Al mismo tiempo que Tsumi se retiraba tras los paneles translucidos de fino papel de arroz, la regente se levantó corriendo tras ella, alcanzandola ya fuera de la vista de los presentes, de los que tan solo se escuchaban murmullos de conversacion.

- Tsumi, ha llegado la hora, vas a entrar al servicio del shogun, el sera tu danna, tu señor, a quien complaceras en todos sus deseos - le comentó en voz baja mientras llegaban a la que era la camara del emperador durante su estancia en aquel lugar.
+ lo se, lose mi señora, pero tengo miedo, yo no soy una prostituta, y aun nohay la paz en nuestra ciudad, tengo miedo de lo que pueda suceder cuando entre el shogun, tengo un miedo horrible a sufrir, o a ser repudiada y maltratada.. - comentó Tsumi entre lagrimas.
- No debes temer, la guerra ha acabado Tsumi, y al Shogun le interesa ser benevolente ahora con todos nosotros, te cuidara y mimara, pero eres tan bella, que me temo que el hombre, aparecera y te deseara, no voy a engañarte

De repente, los pasos de la guardia del shogun resonaron en la sala, mientras la regente iba preguntandole rapidamente a Tsumi si ya se habia maquillado como le indico, si habia depilado su vello genital, y sobre todo si bajo el kimono no habia ninguna otra pieza de ropa, mientras Tsumi, asentia, caminando rapidamente sobre la madera, adentrandose totalmente en la estancia del señor.

- Ahora debo dejarte, pequeña, no temas, se valiente y encantadora como tu sabes y ten - le dijo mientras le acercaba un pequeño trozo cilindrico de madera pulida - si en algun momento sientes dolor, ponlo en tu boca, y muerdelo, eso te aliviara, aunque espero que no tengas que usarlo, y alejandose de ella, caminando hacia atras sin dejar de mirarla, desapareció.

Tsumi, se quedó sola, su presencia de animo era minima, pero se aguantaba en pie, y sus ojos intentaron distraerse revisando cada detalle de la amplisima estancia, sin poder evitar sentir estremecimientos cada vez que la imagen del shogun llegaba a su mente.

Casi enseguida, El shogun Minamoto, entró acompañado de varias de sus asistentas personales, Tsumi reacciono, postrandose en silencio ante el, sin levantar la cabeza hasta que fuera llamada.
Podia escuchar como las mujeres, que llevaban los estrafalarios kimonos obi, recargados y de colores chillones, contrastaban profundamente con el de ella, elegante, discreto y a la par sensual pues se pegaba a su cuerpo como una segunda piel. Los sonidos de la armadura, y corazas del shogun siendo retiradas y aparcadas, y el movimiento de unas y otras al servicio de su señor, eran el unico sonido que podia escuchar, pero podia sentir los ojos del shogun clavados en ella, aun sin verlo.

Finalmente, el shogun quedo cubierto simplemente con un pantalon semi corto blanco de seda, y un fajin negro en su cintura, los tatuajes de sus brazos y pecho hablaban de los hombrs que habian muerto en lucha contra el, y de muchos horrores que Tsumi, no deseaba conocer, pero se escucho la voz de Minamoto, masculina, recia ypotente en la sala

- Tsumi, ven, acercate..

Ella se incorporó, y anduvo despacio y con respeto hasta llegar a los pies de Minamoto que se encontraba sentado con las piernas cruzadas, sobre unos cojines, frente a ella, y la observaba estudiando sus reacciones, mientras las mujeres a su servicio, le acariciaban brazos, piernas y espaldas, como una legion de pulpos a su servicio.

- Soy tu danna, tu señor, vas a ser mi entretenimiento diario, vas a servirme bien, y tu primer trabajo sera preparame un te, para a continuacion, contribuir a mi relax, tocando algunas canciones mientras yo disfruto de otros placeres..

Sin saber que otra cosa decir, Tsumi asintió en una reverencia y empezo a moverse para preparar todo lo necesario para la ceremonia que iba a realizar.

Acercó una pequeña mesa de madera negra pulimentada, con unos adornos blancos de dragones lacados, y con unas velas pequeñas, iluminando, empezó a realizar la ceremonia del té. Frente a ella, las mujeres que mimaban al shogun, desnudaron sus cuerpos de los obi que las cubrian, mostrandose ante ambos completamente desnudas, sus caras blancas tambien, parecian inexpresivas, pero sus cuerpos se frotaban y ofrecian al placer de su señor. Sus sexos totalmente depilados, se mostraban sin tapujos para el hombre que podia hacer que su vida fuera un sueño o una pesadilla, y el shogun, manoseaba mas que acariciaba, aquellos pequeños pechos y tambien los sexos de sus esclavas sexuales, mientras Tsumi, continuaba imperterrita, su ritual, poco a poco el aroma del te se empezo a dejar sentir en la estancia, y en un par de ocasiones sus ojos se cruzaron con los de Minamoto, que no perdia de vista ningun detalle de la maiko Tsumi.

Las mujeres, desnudaron totalmente a Minamoto, y mientras un par de ellas se alternaban en lamer y chupetear su pene, erecto ya, otras seguian expuestas a las manos de su señor, quese adentraban en las vaginas, logicamente humedecidas, o retorcian con cierta contencion los pezones de los pechos para en otros momentos, apretarlos con ira.
Pero ellas imperturbables, seguian con su quehacer, y tras unoslargos minutos en que Tsumi habia sido observada en todo momento por su Shogun, se dispuso a dar entrega de la taza de te caliente y aromatico al mismo, que la tomo en su smanos, sorbiendo, sonoramente por cierto, el contenido de la misma para acabar con un gruñido de satisfacción...

Devolviendo la taza a Tsumi, señalo al mismo tiempo con un gesto, donde se encontraban los instrumentos, y ella, se acerco hasta ellos para empezar a tocar y cantar mirando a su señor, que en aquel momento se habia puesto en pie, con una de las mujeres arrodillada ante el, con todo su pene erecto entrando y saliendo de la boca, el shogun bramaba de placer, era innegable que le gustaba como aquella mujer le estaba practicando la felación, hasta que tomando la cabeza de ella entre sus manos, la apartó de su polla, que eyaculó con potencia varios chorros de semen que cayeron sobre la cara de la mujer, y a la que se acercaron presurosas varias de las demas, para lmer de su cara el nectar de su protector, mientras otra se afanaba en limpiar de cualquier residuo el semen que quedaba en su miembro, que se iba relajando ya.

Tsumi, tocaba y cantaba, de hecho, mientras Minamoto se habia dedicado al placer sexual, ella habia cantado ya tres canciones, sin dejar de mirar como ellas, le acariciaban besaban lamian y chupaban sin cesar..pero ahora los ojos del shogun estaban clavados en ella, y con una orden de su recia voz, las mujeres desaparecieron, dejando a Minamoto desnudo ante su maiko recien adquirida.

Minamoto, se volvió a sentar en el suelo, escuchando las canciones de Tsumi, hasta que tras unos veinte minutos, la mando callar. Tsumi obedeció en silencio, permaneciendo quieta mientras veia como él, nuevamente tenia su miembro erecto, y la polla se elevaba por entre sus muslos directamente mirandola a ella, y tsumi no habia visto jamas ninguna, era su primera vision del miembro masculino, y la estaba afectando en su cuerpo y en su mente, pero la voz de Minamoto la devolvió a la realidad..

- Ven, desnudate y muestrame tu cuerpo..

ESa era la orden que menos habria querido escuchar Tsumi, pero sabia que iba a existir, y en silencio caminando despacio sobre sus zuecos altos, llegó frente a su señor, deshaciendo los nudos que sujetaban su kimono de seda, y abriendolo lentamente ante el, pudo comprobar como los ojos de Minamoto destelleaban con deseo, al ver su cuerpo, tan hermoso y femenino, como sensual, como los pequeños pechos estaban coronados por unos pezones oscuros y erectos, como la sedosidad y la tibieza de su piel, se podian intuir, y como la curva de su vientre, conducia la mirada hasta los labios de su sexo, que se mostraban impudicos ante su amo.

el kimono resbalo hasta el suelo, y Minamoto la hizo arrodillarse para susurrarle muy lenta y hasta de forma tierna...

Tsumi, tal vez sientas miedo en estos momentos, pero soy tu señor y te voy a cuidar, no quiero a esas prostitutas que no sienten nada cuando las acaricio, ni tampoco quiero maltratarte, pero ser mia, es algo mas que servir mi te y cantar para mi, soy el seño rde tu cuerpo, de tu mente, de todo lo que puedas soñar porque yo puedo ofrecertelo, pero a cambio, te quiero a ti, toda para mi

las palabras de Minamoto, no le devolvieron la calma, pero tampoco la hicieron temblar más, sabia lo que iba a pasar y era inevitable, asi que asumiendolo nuevamente, volvio a reverenciar a su señor.

el se incorporó, poniendose en pie ante ella, y la mando arrodillarse...tomandola de su cabeza, acerco su miembro erecto a su cara, y lo froto por toda ella, Tsumi intentaba besarlo sin mucho exito, y hasta que el tomandolo en su mano, y apuntando a su boca, no se la ofreció, no pudo sentir por vez primera lo que era sentir el sexo de un hombre en su boca, no obstante habia leido mucho, y le habian explicado que debia hacer en esos momentos, sus labios acariciaban la polla erecta, mientras la boca engullia una y otra vez con lentitud aquel miembro, que a ella se le antojaba monstruosamente grande, pero continuaba, continuaba, y al mismo tiempo su cuerpo reaccionaba con oleadas de flujo llenando su vagina y resbalando por entre los labios para bajar en goterones por sus muslos..

Minamoto, follaba su boca cada vez con más impetu, pero no queria acabar alli, asi que apartandose de ella la hizo ponerse a cuatro patas, con sus pechos y manos apoyados sobre la madera, y se coloco de rodillas tras ella, frotando con su pene, los labios expuestos ante el, y el clitoris que se asomaba por entre ellos, todo brillando de l ahumedad de su coño de geisha.

Entonces decidió penetrarla, y le clavo su polla en el interior de su vagina sin ningun cuidado, en ese Tsumi se sintió sobresaltada, empalada, y realmente perturbada, al mismo tiempo que un extraño placer y un extraño deseo la envolvian en un manto desconocido de sensaciones.

El shogun era de todo menos delicado, sus jadeos eran como bramidos y su smanos eran todo menos delicadas, mientras la follaba de aquella manera, sus dedos intentaban penetrar el ano de Tsumi al mismo tiempo que la polla la taladraba una y otra vez, sentia los dedos, primero uno, y luego otro llenando su delicado ano, y al mismo tiempo transtornandola, su coño estaba mas humedo que nunca, su cuerpo se estremecia en estallidos de placer y gemia qudedamente sin cesar, de repente, Minamoto, retiro su polla del coño para embestir su ano ya dilatado y Tsumi no pudo reaccionar a tiempo, para moder el cilindrito d emadera que le habian prestado, se sintio traspasada por una polla durisima y caliente que la levantaba del suelo, mientas las manos de Minamoto, apretaban sus delicadas tetas con furor animal descontrolado, el seguia empujando y ella recibia embestidas que no arreciaban ni un segundo, hasta que ella sintio una oleada de jugos que se derramaban desde el interior de su coño, ahogandola en un grito de placer, que coincidió con el instante en que Minamoto dejo de sodomizarla para colocarse ante ella y su boca abierta, hundiendo su polla en aquella boca roja que recibió de rpente, todo el semen que el eyaculó gritando como un poseso de placer.

Al acabar de eyacular y mientras Tsumi tragaba la lech ede su señor unas pequeñas gotas se escaparon por la comisura de sus labios , pero su lengua las recogió para tragarlas tambien, no sabia como ni porque, pero el miedo habia desaparecido, el placer habia llenado ese espacio que ocupaba el miedo y ahora, sorprendida, miraba a su señor con otros ojos...

Minamoto se fue..caminando lentamente a darse un baño y Tsumi salio tras el para ayudarlo, era su obligacion..
 
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